La industria del litio, que parecía ser una fuente de crecimiento económico para Catamarca, enfrenta una crisis marcada por la caída de los precios internacionales del mineral. En las últimas semanas, la empresa Arcadium (antes Livent) despidió a más de 100 trabajadores de empresas contratistas, y se estima que el número de afectados podría ascender a 600 en total. Las protestas no se hicieron esperar en localidades como Antofagasta de la Sierra y la capital catamarqueña, donde los empleados exigen mejores condiciones laborales y seguridad sobre el futuro de sus empleos.
La empresa Concat, contratista del sector de la construcción, fue la más afectada por los despidos, aunque otras empresas como Huasi Construcciones y Guido Mogetta SRL también han sido golpeadas por la rescisión de contratos. Esta situación ha generado un estado de alerta entre los trabajadores de la minería, quienes temen por el impacto a largo plazo en sus familias y la economía de la región.
El problema central es la caída de los precios del litio en los mercados internacionales. Factores como el aumento de la oferta global, la desaceleración económica y la competencia con otros materiales usados en baterías han llevado a las empresas a reducir costos, recortando mano de obra. Esta crisis no solo afecta directamente a los trabajadores mineros, sino también a la economía de Catamarca, donde la minería es un pilar fundamental.
La situación plantea dudas sobre el futuro de la industria del litio en Argentina. Aunque se espera una eventual recuperación de los precios, la incertidumbre prevalece en un mercado volátil y con una creciente competencia global. Mientras tanto, la comunidad catamarqueña, que había depositado sus esperanzas en el auge del litio, enfrenta una realidad más incierta y preocupante.