Desde el cese de operaciones de La Alumbrera a fines de 2018, la minería de cobre en Argentina ha experimentado un periodo de inactividad que podría llegar a su fin con la llegada de seis proyectos estratégicos. Aunque comparte la cordillera con Chile y Perú, importantes actores en la producción mundial de mineral, Argentina ha permanecido al margen de este auge durante seis años.
El cobre, catalogado como un mineral estratégico para la transición energética y vital para industrias como la electrónica, las energías renovables y la electromovilidad, experimenta una creciente demanda a nivel global. Se proyecta que esta demanda se duplique hacia 2035, impulsada por la transición hacia vehículos eléctricos, energías renovables y nuevas infraestructuras electrificadas.
Según la proyección de S&P, para 2035 podría haber un déficit de casi 10 millones de toneladas de cobre a nivel mundial. En este contexto, Argentina se encuentra en una posición estratégica con seis de los 23 proyectos en el país listos para comenzar su construcción en el corto y mediano plazo, según la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).
Si estos proyectos se materializan, Argentina podría convertirse en el sexto productor mundial de cobre, detrás de países como Chile, Perú, Congo, China y Estados Unidos. La estimación de la CAEM sugiere que, para 2035, Argentina podría exportar cobre por un valor de 8,341 millones de dólares, lo que representaría un aumento significativo del 10 por ciento en las exportaciones del país en comparación con 2022.
El proyecto más próximo a iniciarse es Josemaría, propiedad de la canadiense Lunding Mining, cuya construcción está programada para comenzar en 2024. Ubicado en San Juan, este proyecto tiene un costo de capital de 4,000 millones de dólares y se espera que produzca 136,000 toneladas anuales de cobre, además de oro y plata.
Taca-Taca, en Salta, está programado para comenzar su construcción en 2025. Este proyecto, operado por First Quantum Mineral y Corriente Argentina, tiene una inversión estimada de 3,583 millones de dólares y podría producir 244,000 toneladas de concentrado de cobre anualmente, junto con oro y molibdeno.
San Jorge, en Mendoza, se encuentra en etapa de prefactibilidad y CAEM proyecta que su construcción comenzará en 2025, con una inversión de 462 millones de dólares. Los Azules, operado por McEwen Mining en San Juan, tiene previsto iniciar su construcción en 2026, con una inversión de 2,462 millones de dólares y una capacidad de producción de 146,057 toneladas de cátodos de cobre.
El Pachón, también en San Juan y operado por Glencore, podría iniciar su construcción en 2027, con una inversión masiva de 6,000 millones de dólares. En conjunto con Los Azules y Taca-Taca, estos proyectos representan el 66 por ciento de los recursos y reservas totales de cobre de Argentina.
Completa la lista el proyecto Minera Agua Rica Alumbrera (Mara), en etapa de prefactibilidad en Catamarca, con la posibilidad de iniciar la construcción en 2027, demandando una inversión total de 2,700 millones de dólares.
Además de las perspectivas de exportación, la CAEM estima que estos proyectos implicarían desembolsos de capital de al menos 20,000 millones de dólares y generarían entre 30,000 y 43,000 nuevos empleos desde 2027, representando un significativo crecimiento del empleo en el sector minero.
En un escenario donde el cobre brilla con luz propia, estos proyectos se presentan como catalizadores potenciales para impulsar la economía argentina y fortalecer su posición en la industria minera global.