La apuesta de los fondos de inversión por el uranio persiste a medida que la escasez de oferta impulsa los precios a máximos en 16 años. A nivel global, el aumento en la demanda de uranio ha sido catalizado por un cambio hacia la energía nuclear como una solución de bajo carbono, con 61 nuevos reactores en construcción y una aceptación internacional creciente de su papel en la reducción de emisiones.
En contraste, la situación en Argentina presenta desafíos significativos. A pesar de contar con yacimientos importantes en Mendoza, Chubut y Río Negro, la falta de una política clara y coherente ha dejado preguntas sin respuesta sobre si el país capitalizará plenamente en este auge del uranio como fuente de energía.
La tendencia de inversión en uranio por parte de los fondos de cobertura se consolidó en 2021, cuando respaldaron un aumento del 37% en los precios del uranio. Este respaldo se basó en la creciente demanda impulsada por la percepción internacional de la energía nuclear como una opción limpia y sostenible.
Más de 50 fondos de cobertura han ingresado al mercado del uranio en los últimos meses, según informes del Reino Unido. La adquisición física de uranio crudo, alcanzando máximos de 16 años, se ha convertido en una estrategia común. Empresas como Anchorage Capital, Yellow Cake y Sprott Physical Uranium Trust están desempeñando un papel destacado en este escenario.
«Lo que se ve con este tipo de inversores es que simplemente compran y mantienen. Hemos tenido algunas cuentas que están acumulando más libras de las que normalmente habría visto en el pasado…» – Nikko Collida, Vicepresidente de Desarrollo Empresarial de ConverDyn.
La decisión de almacenar físicamente uranio crudo en instalaciones especializadas, como las operadas por ConverDyn, refleja la creciente confianza de los inversores en el potencial a largo plazo del uranio como recurso. A principios de 2023, ConverDyn recibió una subvención de $21 millones del Departamento de Energía de EE. UU. para servicios de conversión de uranio, respaldando la creación de una reserva nacional para impulsar la seguridad energética.
El aumento de especuladores financieros en el mercado del uranio está afectando los suministros disponibles para las empresas de servicios públicos, según el informe «Uranio: ¿cuánto riesgo y cuánta recompensa?» de la consultora londinense Ocean Wall. Entre 40 y 50 fondos de cobertura ahora tienen licencias para comprar y poseer uranio físico, lo que indica una tendencia creciente.
A pesar de las preocupaciones sobre la oferta, el mercado del uranio experimenta una creciente demanda global. El cambio gradual en las perspectivas antinucleares de gobiernos y público ha llevado a un incremento en la construcción de reactores nucleares en todo el mundo, apuntando a la reducción de emisiones de carbono.
Sin embargo, en Argentina, la falta de una política clara en el sector minero plantea incertidumbres. A pesar de contar con depósitos significativos en Mendoza, Chubut y Río Negro, el país se enfrenta al desafío de convertir estos recursos en un motor de desarrollo. La pregunta clave es si el miedo prevalecerá sobre la ciencia y la tecnología en la toma de decisiones sobre el futuro de la minería de uranio en Argentina.
Argentina: ¿Aprovechará el Potencial del Uranio?
A pesar de poseer valiosos yacimientos en Mendoza, Chubut y Río Negro, Argentina se encuentra en una encrucijada. La falta de una política clara en el sector minero plantea la interrogante de si el país capitalizará plenamente en el auge del uranio como fuente de energía, o si se perderá otra oportunidad de desarrollo.