Un reciente análisis de S&P Global ha revelado que los descubrimientos de oro en todo el mundo están disminuyendo tanto en cantidad como en tamaño, lo que genera preocupaciones sobre el futuro suministro del metal precioso. Según el informe, desde 2020 solo se han registrado cinco grandes descubrimientos, lo que agrega aproximadamente 17 millones de onzas de oro a la base de datos global de la empresa. Estos descubrimientos son considerados significativos al contener al menos 2 millones de onzas en reservas, recursos y producción pasada.
Desde 1990 hasta 2023, S&P ha catalogado un total de 350 descubrimientos de oro, sumando casi 2.900 millones de onzas. Si bien este recuento representa un aumento del 3% en comparación con el análisis anterior de 2023, que registraba 345 descubrimientos con 2.810 millones de onzas, la mayoría de los yacimientos que se están añadiendo a las cifras actuales fueron descubiertos hace décadas y solo recientemente cumplieron con los criterios para ser considerados importantes.
Aunque el número total de descubrimientos ha aumentado, la aportación de los nuevos hallazgos es relativamente baja. De los cinco nuevos descubrimientos desde 2020, solo han contribuido el 22% de las 79 millones de onzas añadidas en la última actualización de 2024. A su vez, el tamaño promedio de estos descubrimientos ha caído de 5,5 millones de onzas durante la década de 2010-2019 a aproximadamente 3,5 millones de onzas en los últimos años.
Una señal preocupante es que ninguno de los descubrimientos realizados en los últimos 10 años ha ingresado en la lista de los 30 mayores hallazgos de oro de las últimas décadas. Esto, según Paul Manalo, analista de investigación de S&P Global, refleja la creciente dependencia de la industria en depósitos más antiguos y bien conocidos, lo cual está reduciendo las posibilidades de encontrar yacimientos de oro de gran magnitud en áreas prospectivas menos exploradas.
«La falta de descubrimientos de calidad en la última década no augura nada bueno para el futuro del suministro de oro», advirtió Manalo. La firma sostiene que la industria se enfrenta a un escenario en el que los grandes yacimientos, descubiertos en las décadas pasadas, ya han alcanzado su etapa de madurez, y los nuevos descubrimientos no están a la altura de lo que el mercado necesitará en los próximos años.
El informe de S&P Global también proyecta un panorama a corto y mediano plazo para el suministro de oro. Se espera que el pico de producción se alcance en 2026, con 110 millones de onzas, principalmente impulsado por un aumento de la producción en países como Australia, Canadá y Estados Unidos. Estos tres países también han sido los principales actores en el descubrimiento de grandes yacimientos en las últimas décadas, lo que refuerza su papel en el sostenimiento de la oferta mundial.
Sin embargo, esta tendencia de crecimiento no parece sostenible a largo plazo. El análisis sugiere que, después de 2026, el suministro global de oro comenzará a disminuir. Para 2028, se estima que la producción global caerá a 103 millones de onzas, debido a la reducción en los niveles de extracción en los mismos países que hasta ahora han sostenido el mercado.
Esta combinación de factores, entre los que destacan la disminución en los nuevos descubrimientos y la dependencia de yacimientos antiguos, podría generar un escenario de volatilidad en el mercado de oro a mediano plazo. La caída en el suministro podría impactar los precios, y las compañías mineras podrían verse obligadas a intensificar las exploraciones en áreas menos convencionales o a mejorar la eficiencia en la explotación de los depósitos ya conocidos para satisfacer la demanda global.