Desde la perspectiva de las provincias argentinas, la adhesión al Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI) representa una oportunidad decisiva para activar inversiones mineras significativas y fomentar el desarrollo regional. Con una cartera de inversiones estimada en $25.000 millones y la promesa de generar hasta 5.000 empleos por proyecto, la implementación completa del RIGI es vista como un motor fundamental para el crecimiento económico y social en diversas localidades.
Las provincias, especialmente aquellas como Mendoza que aún están en proceso de adhesión, esperan que el RIGI actúe como un catalizador para atraer inversiones y promover el desarrollo de sus recursos minerales. La Cámara de Minería ha subrayado que el régimen es crucial para desbloquear proyectos que podrían tener un impacto profundo en las economías provinciales. “Desde la industria minera, entendemos que los avances en la adhesión de provincias al RIGI son esenciales para concretar importantes inversiones en el desarrollo minero”, señala un comunicado de la cámara.
Cada proyecto minero, según los cálculos del sector, podría crear alrededor de 5.000 empleos directos y movilizar una red de aproximadamente 800 pequeñas y medianas empresas (pymes) durante su construcción. Una vez en operación, estas pymes seguirán contribuyendo, con alrededor de 600 pymes trabajando en la fase productiva. Este impacto directo es complementado por beneficios indirectos que se extienden a nivel nacional, beneficiando a las comunidades locales y a la economía del país.
Para las provincias, la adhesión al RIGI no solo implica una oportunidad para mejorar la infraestructura y aumentar el empleo, sino también para establecer un entorno más competitivo y atractivo para los inversores. En Mendoza, por ejemplo, el reciente código de procedimientos y la resolución para facilitar los trámites de inversión reflejan un esfuerzo por alinearse con los requisitos del RIGI. Estos pasos son fundamentales para asegurar que la provincia pueda aprovechar al máximo los beneficios del régimen.
El régimen también se presenta como una solución para proyectos mineros de gran envergadura, como los de cobre y litio, que han estado en espera de inversión. La posibilidad de estimular la inversión en exploración y desarrollo de nuevos proyectos es vista como una manera de aprovechar las oportunidades que ofrece la electromovilidad y de extender la vida útil de los proyectos existentes de oro y plata.
Desde la perspectiva provincial, el RIGI es percibido como una herramienta clave para generar confianza en los inversores y fortalecer la competitividad frente a otros países que han logrado desarrollar significativamente su minería mediante un marco tributario competitivo y previsibilidad en materia cambiaria. La posibilidad de ver concretados proyectos mineros y el impacto positivo en las economías locales son motivaciones fuertes para la adhesión al régimen.
Las provincias están esperando que el RIGI facilite la puesta en marcha de proyectos mineros, contribuyendo al crecimiento económico regional y nacional. La expectativa es que, con una adhesión completa, se logren no solo las inversiones prometidas, sino también un incremento en las exportaciones mineras y una mayor creación de empleos, llevando oportunidades a más argentinos y fortaleciendo la industria minera en su conjunto.
Adhesión provincial: un paso crucial para el desarrollo minero
Para las provincias, la adhesión al RIGI es un paso esencial para activar inversiones mineras y promover el desarrollo económico local. La implementación del régimen permitirá desbloquear proyectos significativos, mejorar la infraestructura y crear empleos, beneficiando a las economías regionales. El RIGI ofrece una oportunidad para que las provincias fortalezcan su competitividad en el sector minero. Al alinear sus políticas con el régimen, las provincias pueden atraer inversiones, estimular el desarrollo de nuevos proyectos y mejorar la posición de Argentina en el mercado global.