La salida repentina de Flavia Royón de la Secretaría de Minería ha generado repercusiones significativas, especialmente en las provincias del norte del país. El cese de Royón, vinculada estrechamente con el gobernador Gustavo Saenz, se produce en medio de tensiones políticas relacionadas con la Ley Ómnibus. Esta decisión implica una pérdida estratégica para el sistema político del norte, que pierde acceso al gobierno nacional y control sobre un área vital para el desarrollo económico a mediano plazo. Además, el nombramiento del reemplazo, aún pendiente, será crucial para la continuidad de proyectos mineros, como la expansión de la actividad del cobre, esenciales para el crecimiento de la Argentina.